domingo, 13 de noviembre de 2011

Uno de esos días.


Hoy. Es uno de esos días típicos de noviembre. Unas grises nubes tapan el sol y el azul del cielo. Tu madre pone la chimenea, una de las primeras veces del invierno y tu te sientas con tu portátil en la mesa camilla, con el brasero, para no pasar frío. Luego te pones a estudiar tomando un chocolate caliente que comprastes en Amsterdam, que viaje más bonito. Y te pones a recordar, a soñar, a imaginar y sin que te des cuenta ya han pasado 15 minutos que se suponía que los usabas para estudiar. Sin que te des cuenta llega la hora de la cena. Y después, tras haber visto algún programilla en la tele tipo Pekin Exprés o Frank de la Jungla, te  vas a la cama. Y entonces te pones a pensar en el examen de mañana, y lo repasas sin parar en la mente. Y también imaginas y sueñas despierta. Me encanta irme a la cama, porque me siento libre, puedo pensar e imaginar lo que quiera. Y tengo 8 horas para hacerlo. Aunque por mucho que diga, a la media hora estoy dormida. Y esta es la tarde de un Domingo. Por lo menos, mi tarde :)

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